Los sistemas de un F-22 Raptor se cuelgan en mitad del Pacífico

El nuevo y reluciente F-22 Raptor de Lockheed puede que haya despanzurrado a sus adversarios en unas cuantas maniobras, pero algo tan sencillo como cruzar la línea internacional de cambio de fecha podría haber tumbado a un caza volando desde Hawai a Okinawa, Japón.
Las comunicaciones, los subsistemas de combustible y la navegación se fueron a hacer puñetas, sin que varios reinicios pudieran hacer algo para devolver al avión a su estado de funcionamiento normal. Afortunadamente, la flota tenía el cielo despejado y los aviones cisterna todavía estaban allí para guiarlo de vuelta a Hawai. De haberse separado de sus litronas con alas, "podría haber dado la vuelta y posiblemente habría encontrado las islas Hawai. Pero si el tiempo hubiera sido malo durante la aproximación, podría haber tenido problemas realmente serios". El viaje sufrió un retraso de dos días por culpa de los fallos en el sistema, que posiblemente serían tan sencillos como un par de líneas de código incorrectas entre los millones que gobiernan el caza.
Parece que por esta vez la cosa no ha ido a mayores, aunque de todas formas en el Pentágono seguro que hay unos cuantos jerifaltes interesadísimos en saber qué ha hecho Lockheed para convertir a sus cazas de más de 125 millones de dólares en potenciales patitos de feria para el enemigo.
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